martes, junio 21, 2005
Llegó el verano
40 Grados en la sombra, mi cuerpo no sabe donde recatarse para no llegar a un estado de lipotimia. La ropa se convierte en una segunda piel, porque cada trozo de tela esta pegado, como si de pegamento se tratara, a cada poro de mi piel.
Salgo a la calle y ya no sé si es aire o fuego lo que respiro. Me falta el aliento a cada inhalación que hago. Lo que daría por una simple brisa de aire fresco. Estoy exhausta por cada paso que intento dar. Mis pies se pegan a la acera y se convierten en una olla a presión en plena ebullición.
Me pregunto el porque de este desmesurado calor. Aunque mi pregunta, parece ser que ya tiene respuesta. Nosotros y solo nosotros hemos hecho que el mundo se vuelva loco en todos los sentidos y, este, no iba a ser la excepción.
Veranos en los que antes podíamos llegar, máximo a los 30 – 35 grados, ahora mínimo pasamos de los 40. Entonces es cuando me pregunto ¿que pasará dentro de otros 10 años?
¿Llegaremos al punto en que no podamos ni salir a la calle?
¿Tendremos que hacer vida de noche para no acabar asados como pollos en un horno? Ya no solo eso, si no que, ¿qué pasará con los bosques? Poco a poco vamos destruyendo el mundo. Ya sea consciente o inconscientemente. Descuidos innecesarios, hacen que poco a poco vayamos destruyendo lo que nos da vida. Desgracias producidas en cuestión de segundos, pasan a convertirse en años, hasta que se vuelven a arreglar.
¿Que cuesta no tirar una colilla por la ventana, dejar un bosque limpio, no hacer hogueras incontrolables, o lo mas lamentable, no provocar incendios conscientemente?
¿Tanto cuesta hacer lo correcto?¿O es que nos gusta autodestruirnos?
En mi caso hago todo lo que esta en mi mano para evitar cualquier catástrofe, pero no solo depende de mi. Hay miles, millones de personas, algunas inconscientes, para intentar mantener lo poco bueno que tenemos en esta vida.
Salir a la calle, mirar el cielo y ver una capa de humo que envuelve la ciudad, pueblo o lo que sea que esté situado al lado de un bosque que está quemando, no es muy agradable de ver. Gente de arriba abajo, corriendo para intentar salvar, aunque sea un metro cuadrado de verde, o solamente intentar protegerse ellos mismos de no morir ahogados entre la espesa nube negra. Poco agradable también es observar como queda todo después de que el fuego haya arrasado con árboles, animales y cualquier ser vivo que pudiera tener su pequeño hogar en este ecosistema.
No se que pensáis vosotros, pero yo no podría vivir en un mundo , en el que todo fuera cemento, o cenizas.
Y tal y como estamos evolucionando, en lugar de prosperar, lo único que estamos haciendo es destruirnos poco a poco.
No cuesta nada mantener lo que hace que sigamos vivos en este mundo.
La naturaleza.
Te veo en la mani del dia 2! Yo también estaré por allí, princesa!
Animate!
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