Diario de una lesbiana poco convencional

Hoy en día dicen que se puede comprar cualquier cosa con el dinero. Ayer pude comprobar que es cierto. De casualidad, me percaté, que un gracioso “chinito”, por así llamarlo, no tenía otra cosa mejor que hacer, que comprar la Luna. Si, si, el único satélite natural de la Tierra y el único cuerpo del Sistema Solar que podemos ver en detalle a simple vista.
La verdad es que me hago un montón de cuestiones, sobre como y porqué la compró, pero seguramente es algo que no averiguaré. Lo curioso del caso, es que si alguien desea tener un “cachito” de la luna, solo tiene que contactar con este “personaje” y comprarle una parcela, porqué es así como la vende. Y digo yo, ya que se ha molestado en comprar algo que parecía “in-comprable”, ¿por qué no se molesta en venderlo de otras formas más… autenticas? No sé, montar una tienda, tenerla expuesta en un inmenso escaparate y que la gente que entre, pida su turno con las típicas maquinitas rojas que están colgadas en el lugar mas insospechado y a la hora de pedirla sea tan fácil como: “¿Me pone 5 lonchas de luna? Pero córtemela finita que así me dura mas”.- O si no: “Por favor, envuélvamela para regalo, es que es para mi mujer y ya que no fuimos de “Luna” de miel, le regalo un cachito".
Realmente el mundo esta loco. Primero empiezan vendiendo estrellas del firmamento y que se les pueda poner tu nombre a una de ellas… ahora se vende la Luna… ¿lo próximo que será? ¿El Sol? ¿Algún loco que quiera venderlo como la nueva era en calefacción? ¿O quizás Plutón? ¿Para poder llevar los congelados del súper? No tengo ni idea de cómo evolucionará todo, pero por lo visto, eso de decir: “Cariño, si pudiera te bajaría la Luna”, ya no podremos, porqué un gracioso de turno se nos ha adelantado. Lo único que podemos hacer es regalar el Universo entero, eso si… si no lo han comprado ya y lo estan vendiendo a kilos...