Diario de una lesbiana poco convencional

Resulta curioso observar los cambios de humor que sufre la gente, y sobretodo la manera que tratan a uno cuando intenta, simplemente, ayudar.
Me hace gracia el hecho de que si esa persona se levanta con buen pie y está de buen humor, todo el mundo tiene que estar a disposición de sus gracias y comentarios. Por el contrario, si tiene un día de perros o tiene algún tipo de problema, ni se te ocurra cruzarle una palabra.
Entiendo que cuando alguien esta de mal humor, o lo que sea, muchas veces por no decir la mayoría, es mejor no decirle nada, ya que es probable llevarse algún “moco”. Pero digo yo, que si hay una persona a tu lado que te aguanta las tonterías y bromas que normalmente se pueden hacer, no cuesta nada procurar ser un poco menos borde a la hora de contestar, cuando se tiene un día de perros.
Eso me sigue demostrando que la gente va a su bola. Que da igual soltar una contestación fuera de tono, si su humor no es favorable. Y le importa tres pimientos que te puedas sentir mal, por como te trate.
Eso si, cuando vuelva a estar de buenas, aguántale todas las gracias porque si por el contrario eres tu la que le responde mal, te tachará de borde e insoportable.
A ver si aprendemos a ser un poco más amables, aunque a veces nos resulte imposible. Pero si tienes una persona para lo bueno, que sea también para lo malo, o si no, no la tengas.