jueves, octubre 13, 2005
Juntos pero no atados
Cuenta una leyenda de los indios sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo, tomados de la mano, Toro Bravo, el guerrero, y Nube Alta, la hija del cacique.
-Nos amamos- empezó el joven.
-Y nos vamos a casar- dijo ella.
-Y nos quereos tanto que tenemos miedo.
Queremos un hechizo, un conjuro. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos -dijeron los jóvenes al unísono.
-Hay algo, pero es una tarea difícil y sacrificada -dijo el brujo tras una larga pausa.
-No importa- dijeron los dos.
-Nube Alta- dijo el brujo-, sin más armas que una red y tus manos, subirás al monte y cazarás al halcón más vigoroso. Tráemelo vivo el tercer día de luna llena. Toro Bravo -prosiguió el anciano-, tú debes traer de la montaña más alta a la más valiente de las águilas, y traerla viva sin ninguna herida.
Los jóvenes asintieron en silencio y partieron, después de mirarse con ternura.
El día establecido por el brujo, los jóvenes llegaron a su tienda con dos grandes bolsas de tela que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que, con mucho cuidado, las sacaran de las bolsas. Eran sin duda las aves más hermosas de su estirpe.
-Ahora-dijo el brujo-atad entre sí a las aves por las patas con estas tiras de cuero. Después soltadlas y dejad que intenten volar.
El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo, pero sólo consiguieron revolcarse en el suelo. Irritadas por su incapacidad las aves arremetieron a picotazos entre sí.
-Éste es el conjuro. Jamás olvidéis lo que habéis visto hoy. Vosotros sois como el águila y el halcón... si os atáis el uno al otro, aunque sea por amor, viviréis arrastrándoos y, tarde o temprano, os hareis daño el uno al otro. Siquereis que vuestro amor perdure, volad juntos pero jamás atados.
Una história para hacernos pensar y llegar a la conclusión de que, por el hecho de tener pareja, no significa que tenga que hacer o ser como nosotros queramos. Tener pareja es algo mas que eso. Mucha gente cree que todo el mundo, ya no solo su pareja, tiene que volar en el mismo sentido que vuela ella, y no siempre tiene que ser así.
-Nos amamos- empezó el joven.
-Y nos vamos a casar- dijo ella.
-Y nos quereos tanto que tenemos miedo.
Queremos un hechizo, un conjuro. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos -dijeron los jóvenes al unísono.
-Hay algo, pero es una tarea difícil y sacrificada -dijo el brujo tras una larga pausa.
-No importa- dijeron los dos.
-Nube Alta- dijo el brujo-, sin más armas que una red y tus manos, subirás al monte y cazarás al halcón más vigoroso. Tráemelo vivo el tercer día de luna llena. Toro Bravo -prosiguió el anciano-, tú debes traer de la montaña más alta a la más valiente de las águilas, y traerla viva sin ninguna herida.
Los jóvenes asintieron en silencio y partieron, después de mirarse con ternura.
El día establecido por el brujo, los jóvenes llegaron a su tienda con dos grandes bolsas de tela que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que, con mucho cuidado, las sacaran de las bolsas. Eran sin duda las aves más hermosas de su estirpe.
-Ahora-dijo el brujo-atad entre sí a las aves por las patas con estas tiras de cuero. Después soltadlas y dejad que intenten volar.
El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo, pero sólo consiguieron revolcarse en el suelo. Irritadas por su incapacidad las aves arremetieron a picotazos entre sí.
-Éste es el conjuro. Jamás olvidéis lo que habéis visto hoy. Vosotros sois como el águila y el halcón... si os atáis el uno al otro, aunque sea por amor, viviréis arrastrándoos y, tarde o temprano, os hareis daño el uno al otro. Siquereis que vuestro amor perdure, volad juntos pero jamás atados.
Una história para hacernos pensar y llegar a la conclusión de que, por el hecho de tener pareja, no significa que tenga que hacer o ser como nosotros queramos. Tener pareja es algo mas que eso. Mucha gente cree que todo el mundo, ya no solo su pareja, tiene que volar en el mismo sentido que vuela ella, y no siempre tiene que ser así.