Diario de una lesbiana poco convencional

Ya se que prometí que escribiría nuestra excursión a la montaña, pero hoy estoy de luto porqué se ha muerto una de mis mascotas.
La verdad es que no se si me tengo que entristecer o alegrar, porqué en vista de todas las que tengo, lo que tendría que hacer es suicidarme.

Entre una perra ciega y sorda que cada vez que la tenemos que llamar necesitamos un altavoz, otra que tiene embarazo psicológico y no para de sacar leche por los pezones, un tortuga coja, un pájaro calvo, otro perro loco (en este caso el de mi hermana que vive al lado) que cada vez que queremos pasar por donde esta él, tenemos que entretenerle con pan para que no nos muerda y una ardilla que se nos ha escapado y anda por el garaje… tengo la colección completa de animales tarados del mundo. Creo que el único que está cuerdo, es el gato, que de momento no tiene ningún tipo de síntoma. Aunque viendo lo que le rodea, no me extrañaría que tuviera tendencias suicidas.

Por cierto el difunto, o en este caso, LA difunta, ha sido una de mis dos tortugas. No sé si recordareis el post donde hablaba de cuando las compré, escrito en noviembre, titulado: "¿La belleza esta en el interior?" donde narraba lo que tuvimos que andar hasta que las “adoptamos”, y donde especificaba que me las vendieron… con algunos defectillos.
En fin, que la que se ha muerto, era la que le faltaba el trozo de cola, apenas se movía y no crecía ni a la de tres ya que no comía. Pero bueno, he gozado de su “inanimada” compañía estos cuatro meses. Ahora esté donde esté, que descanse en paz. Y yo a seguir disfrutando de los otros lisiados que me quedan…