Diario de una lesbiana poco convencional

Hoy en mi trabajo han repartido los papelitos de nuestro amigo invisible. Para l@s que no sepan de que trata, haré una pequeña explicación.
Bueno, la verdad es que en algunos sitios lo hacen de una manera distinta, pero en nuestra empresa, lo que hacemos es meter en una bolsa los nombres de todos los que trabajamos allí, escritos en un papelito, y cada uno tiene que sacar un nombre, y el nombre que se saque, es a la persona que le tienes que regalar el día de la cena de Navidad.

Yo ya estaba temiendo, ya que los jefes también participan y, con la mala suerte que tengo, ya me veía regalándole a uno de ellos… Aunque por temer, también temía que me tocara alguien que no me cayera, lo que se dice… demasiado bien, porqué si me pongo a descartar gente, de 30 personas que somos trabajando, solo hay 4 o 5 que aprecio de verdad.
Hay l@s típicos, que ni me caen, ni me dejan de caer… que simplemente están ahí, o si no l@s que no puedo ver ni en pintura, pero que tengo que hacerles la buena cara, y las que si no estuvieran allí, ya haría tiempo que hubiera cambiado de trabajo.

Sea como sea, la suerte me ha acompañado, y me ha tocado una de esas 4 personas que aprecio de verdad. Looooooogicamente no voy a decir quien es, porqué hay algunas de mis queridísimas compañeras que me leen, así que lalalala! Seguiréis sin saberlo!
Ahora mi objetivo es averiguar quien es la que me lo hace a mi… aunque tengo alguna candidata ¿eh, Vero? Jajajaja


Con todo esto, me he dado cuenta de que a veces no es importante llevarse bien con toda la gente con la que trabajas, porqué no es bueno mezclar el ámbito profesional y las emociones, pero me he dado cuenta también, que en el trabajo puedes encontrar a gente que vale verdaderamente la pena, y que aunque a lo largo de la vida cambies de ocupación, puedas seguir manteniendo el contacto con esa gente.

Y os dejo con algunas fotos que me estoy planteando de poner en mi curriculum… ¿Creéis que me van a coger? xD