Diario de una lesbiana poco convencional

Hace días empecé lo que podría llamar mi salida de armario. La verdad es que cada vez que pienso lo que tardé en hacerlo, me arrepiento del tiempo que perdí ocultando y malgastando mi vida con personas, por así llamarlo, que no valieron la pena, o quizás si que valieron, pero no de la manera que yo pretendía que lo hiciesen.

En el colegio, como bien dije en el “primer capítulo” de esta saga, normalmente me juntaba con las chicas y si eran guapas, mejor. Aunque no se como lo hacía que siempre eran ellas que venían a mi. No es para echarme flores, pero es que una tiene sus encantos.

Creo que mi primer amor “platónico” fue una chica que iba conmigo a 1º de FP. Realmente era mi mejor amiga, o eso creía…igual que lo era yo para ella. (Ésta era la de la lista que conté, que me escogió a mi en casi todas las parejas de chicas que le hizo una amiga mía, para saber quien era su mejor amiga…)
Siempre íbamos juntas a todas partes, en las excursiones nos sentábamos juntas en el autocar, en clase estábamos codo con codo, e incluso iba a su casa a hacer los deberes.

No sé porque, pero siempre que estaba conmigo, me sentía bien y quería que el resto del mundo desapareciera, para poder estar a solas con ella. Era una sensación extraña, dentro de mi pensaba que no era normal sentir algo tan fuerte por una amiga, sentir mariposas en la barriga cada vez que me rozaba la mano, o cada vez que me miraba, pero me gustaba. Había algo en ella que me atraía y no era solo amistad. Tampoco quería pensar que es lo que me estaba pasando. Simplemente me dejaba llevar, aunque no lo hiciera del todo, porque había una parte de mi que cada vez que estaba cerca de ella, me decía que la besara. Pero el miedo podía más que yo.

Cuando acabamos F.P., estuvimos una época sin perder el contacto. Hasta el día que se echó novio. Eso me partió por la mitad y desde entonces no nos vimos más. Ya se sabe, cuando uno está con pareja, si no tiene fuerza de voluntad, acaba por apartarse del resto del mundo. Y eso es lo que pasó. Perdimos el contacto y todo aquello que empecé a sentir por ella, en su momento, fue desapareciendo.
Ahora a veces me la cruzo por la calle y no me atrevo a saludarla… de hecho, ella tampoco lo hace… ¿tanto habré cambiado?

(P.D.: Fin de semana de semi-relax, mi niña de exámenes y yo en casa preparándole una deliciosa cena romántica para cuando vuelva. Luego, supongo que a Aire o quizás She's a mover el esqueleto ...todo se andará.)

(P.D.2 Diooooos mio de mi vidaaaaa y de mi corasooooong! casi me meto dentro de la tele al ver este anuncio! )