Diario de una lesbiana poco convencional

Este post lo escribí ayer y, de hecho, tendría que haberlo “colgado”, pero por un problema técnico de la web, no me dejó. Así que lo hago hoy.

No tengo ánimos para escribir. La verdad es que éstos últimamente están por los suelos y tampoco quiero aburrir a la gente, que habitualmente me lee, con mis lamentaciones. Pero es que no puedo estar de otra forma.
Hoy ha venido la veterinaria a casa y ha dicho que no está mal del todo, pero tiene un tumor en la nariz y que si va empeorando, no quedará más remedio que sacrificarla…

Antes de subir a la habitación, me he quedado un ratillo con ella y nos mirábamos mutuamente. Parecía que con la mirada me estuviera diciendo que no me preocupara, que aunque se fuera, iba a estar bien. Esté bien o mal, no está conmigo y es lo que mas me jode. Pero el tiempo que esté aun conmigo lo pienso disfrutar como pueda.

A parte de todo esto, me siento agobiada y presionada, cada día más en mi trabajo. Cada día que pasa, deseo con más fuerzas poder largarme de ahí. El mal ambiente que hay es increíble, por no hablar del mal humor de los jefes. Aunque no me extraña, en menos de dos semanas, han comunicado que se van cuatro personas y dos de ellas, ya lo han hecho.

Y hoy (07/06/2006), para rematar el día, un chico que de vez en cuando viene a echar una mano, me ha pedido unas cinco veces, de ir a tomar algo con él. Así contado parece ser que no significa nada, pero no es la primera vez que intenta ligar conmigo. No solo con las invitaciones, hoy ya ha sacado el tema de que si lo encontraba guapo e intentando tener cualquier tipo de roce.
Me tiene un poco hartita, la verdad, ya que no solo él es el que intenta algo, si no que su compañero le incita para que me pida algo mas.
Todavía no le he dicho que tengo novia, pero el día que lo haga, creo que me voy a quedar tan a gusto, que no va a tocarme las narices nunca más.

En resumen, llevo unos días, entre trabajo, compañeros y mi perra, que estoy desmoralizada por completo.
Solo hay una cosa que me llena y me ayuda a tirar adelante. Supongo que no hace falta que lo diga, pero si, es ella, mi novia.

Hoy es nuestro aniversario (un año y 11 meses), y aunque a ella no se lo haya parecido, me ha hecho muchísima ilusión que haya venido al mediodía a buscarme para ir a comer al chino. Vamos, que me ha querido hacer una sorpresa y lo ha conseguido.
Lo mejor de todo es que ha venido con la moto nueva y yo me he tenido que poner un casco de esos que parecen de jinete, que me iba pequeño y encima ¡estaba lleno de polvo! Así que ya me veis, a mí, intentando agarrar el casco para que no me saliera volando con el aire y tragándome todo el polvo que estaba incrustado en la visera.
A saber cuanto hacia que no se limpiaba. Mmm, cariño, la próxima vez me dejas el tuyo ¿vale?

En fin, hoy a pesar de ser un día agobiante, lo único que ha tenido de bueno, han sido las dos horas y media de comer. Ojalá todos fueran igual.



P.D.: Ya que no escribí como fue el fin de semana pasado, tengo que decir que mi novia me sorprendió con una cena romántica el viernes. Aunque parezca mentira, ¡cocinó ella! A parte de la cena, me compró un rosal! ni una rosa, ni un ramo... un rosal para mi solita :D y una peli de la Sandra Bullock. Si es que me tiene consentida...

P.D.: Tengo que decir también que “Aire” (discoteca de ambiente de Barcelona), cada día nos gusta menos. Así que, a todas las lesbianas de Barcelona que me lean, agradeceria que nos sugirierais discotecas para ir.